El Grupo de los Países Menos Desarrollados (LDC, por sus siglas en inglés) exige que se atiendan sus demandas de financiación climática en la Cumbre de la ONU del Clima COP27, que se celebrará el próximo noviembre en Egipto.

Tras una reunión ministerial en Dakar, ese grupo, integrado por 46 países (la mayoría africanos), subraya que "no se puede abordar adecuadamente la crisis climática sin captar las demandas de los países más vulnerables".

"La COP27 será un momento crítico para nuestras naciones a medida que continuamos nuestra lucha por la justicia climática, asegurando el financiamiento climático para proteger a nuestra gente de los impactos de una crisis climática a la que contribuyeron poco", afirma la jefa de negociación climática de los LDC, Madeleine Diouf Sarr.

Según Sarr, el objetivo de mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados respecto a niveles preindustriales, como recomienda el Acuerdo de París (2015), es "un salvavidas" para esos países.

"Cualquier cosa por encima de eso es una sentencia de muerte", remarca la representante de los países más pobres, donde "la crisis climática ha provocado destrucción y devastación".

"Los impactos del cambio climático -advierte- sólo aumentarán en intensidad y frecuencia, lo que se sumará a las cargas de nuestras naciones, retrasará nuestros esfuerzos de desarrollo y conducirá a pérdidas irrecuperables"

El grupo considera "crucial" que aumenten sus capacidades de adaptación a los "impactos inevitables" del cambio climático y, por eso, piden a los países desarrollados que cumplan su promesa de "duplicar la financiación para la adaptación".

"En la COP27, debemos ver un plan para la entrega de estos fondos prometidos", exige Sarr, al recordar que "un flujo continuo de financiación es uno de los objetivos del Acuerdo de París y un elemento vital en la lucha contra el cambio climático".

Los países desarrollados, agrega, "deben compensar el déficit en la entrega de los 100.000 millones de dólares acordados en financiamiento climático anualmente".

En 2009, los países ricos prometieron en la COP15 (Copenhague) aportar 100.000 millones de dólares anuales para 2020 a fin de ayudar a los países pobres a combatir la crisis del clima y construir economías más "verdes".

Fuente: EFEverde

La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha presentado  el balance climático del verano 2022 elaborado por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

Este estudio advierte de que la tendencia de temperaturas más cálidas continuará durante el otoño. En el encuentro, realizado en la sede de la AEMET, la vicepresidenta ha afirmado que “el cambio climático nos presiona ya, con consecuencias inmediatas, cotidianas y de alto impacto que exigen nuevas medidas de refuerzo de nuestra resiliencia”.

En su balance, AEMET destaca que la temperatura media del trimestre compuesto por junio, julio y agosto de 2022 fue de 24ºC, es decir, 2,2ºC superior al promedio normal. Se trató de un verano extremadamente cálido, el de mayor temperatura media de la serie histórica, superando por 0,4ºC al de 2003, el más cálido hasta la fecha.

Se registraron tres olas de calor durante el verano. La primera de ellas, entre el 12 y 18 de junio, fue la segunda más temprana desde que hay registros. La segunda, entre el 9 y 26 de julio, fue extraordinaria en cuanto a duración (con dieciocho días, fue la segunda más larga de la serie) y extensión (afectó a 43 provincias, máximo histórico). Además, fue la ola de calor más intensa de todas las registradas en España, superando a la de agosto de 2021, que ostentaba el récord hasta ahora. La tercera ola de calor, que tuvo lugar entre el 30 de julio y 15 de agosto, fue la tercera más duradera, con diecisiete jornadas. En total, España estuvo bajo ola de calor 42 días, es decir, prácticamente la mitad del verano, superando con creces el anterior récord de 29 días, ocurrido en 2015.

Además del calor, las precipitaciones fueron escasas, especialmente en junio y julio, ya que ambos meses fueron muy secos. Agosto alcanzó un valor cercano al promedio normal en cuanto a lluvias, aunque éstas fueron de carácter mayoritariamente tormentoso.

Con esta situación, España en su conjunto terminó el verano en sequía meteorológica, situación en la que permanece desde enero de 2022, y que es más intensa en áreas del tercio oeste e interior de la mitad norte peninsular. El año hidrológico actual, que comenzó el 1 de octubre de 2021 y terminará el próximo 30 de septiembre, está siendo muy seco: con unas lluvias actualmente inferiores en un 25% al valor normal, es probable que acabe situándose entre uno de los tres más secos de la serie histórica cuando finalice.

Aunque el verano estrictamente meteorológico comprende los meses de junio, julio y agosto, en España se está constatando un alargamiento de los veranos en detrimento del otoño y, especialmente, la primavera.

Es un hecho constatado que las emisiones de gases de efecto invernadero están provocando un aumento de las temperaturas global. En España, ese calentamiento se estima en alrededor de 1,4ºC desde los años 50 del siglo XX.

Aunque la variabilidad espacial y temporal en lo que a lluvias se refiere es muy grande, en el conjunto del país las precipitaciones han disminuido alrededor de un 12% en el mismo período. Ese claro incremento de las temperaturas y ligera disminución de las lluvias se ha traducido en una extensión en nuestro país de los climas áridos. Se estima que, desde mediados del siglo XX, los climas de tipo árido han duplicado su extensión en España, avanzando a un ritmo de más de 1.500 km² al año. Esto significa que, cada cinco años, una extensión equivalente a la de la provincia de Málaga adquiere un clima árido en nuestro país, en detrimento de los climas templados. 

 

SEGUIREMOS CON MÁS CALOR DE LO HABITUAL

El otoño de 2022, que comenzará en el hemisferio norte el día 23 de septiembre a las 3 horas y 4 minutos hora oficial peninsular, será más cálido de lo habitual en toda España, y de manera más robusta en la vertiente mediterránea y Baleares; también hay una mayor probabilidad de que llueva menos de lo habitual en el noroeste peninsular, considerando el periodo de referencia 1981-2010. Un avance muy somero del trimestre invernal (diciembre de 2022 y enero y febrero de 2023) confirma que volverá a ser más cálido de lo normal, especialmente en el mediterráneo y en el norte y el este de Europa. En relación a la precipitación, no se descarta, aunque la probabilidad no es excesivamente alta, que sea más lluvioso de lo habitual en áreas del mediterráneo occidental y en el norte continental, y más seco de lo habitual en el mediterráneo oriental.

Fuente: MITERD

Enlace noticia:https://www.miteco.gob.es/es/prensa/220919ndpbalanceclimaticoveranoaemet_tcm30-545440.pdf

 

El anuario 2022 presta especial atención a todos los temas que tienen que ver con las energías renovables, el almacenamiento, los proyectos relacionados con el litio y su aprovechamiento en la región, así con la movilidad eléctrica y sostenible.

Entre las entrevistas destacadas figura la de la Consejera de Transición Ecológica, Olga García, quien asegura que “estamos tramitando más de 150 proyectos con una potencia pico de 5.900 MW. Ocupamos una posición predominante a nivel nacional en el proceso de transición energética por los más de 4.000 MW fotovoltaicos instalados, el 25% del total. Somos la locomotora solar de España. El año pasado se instalaron en la región 1.312 nuevos MW de esta tecnología, lo que supone casi un 51% más que el año anterior”.

Fotovoltaica y nuclear, de la mano de la Central Nuclear de Almaraz, siguen siendo las responsables de la mayor parte de la producción eléctrica extremeña, que lidera un año más el ratio entre energía excedentaria sobre su consumo, que convierte a la región en una de las grandes exportadoras nacionales de energía eléctrica.

El ANUARIO 2022 también incorpora un  análisis del impacto de la subida de la factura eléctrica, del gas y los carburantes en las comunidades de propietarios, el boom del autoconsumo renovable entre hogares y empresas, los cambios de usuarios de luz y gas a nivel nacional y extremeño incentivados por los altos precios o el nuevo futuro de la energía termosolar, con la asignación de cupos en las subastas del Ministerio y el aumento de potencia.

Según datos de la Consejería para la Transición Ecológica y Sostenibilidad que recoge el ANUARIO 2022, en el primer semestre del año 2022 se han sumado  las mismas instalaciones que en todo el año 2021 completo. Hasta superar las 3.400 instalaciones con 44 Mw de potencia instalada. Esta cifra representa crecimientos por encima del 200%. En el 2021 la región sumó 1.183 nuevas instalaciones de autoconsumo, para alcanzar un total de 1.747 con un total de 27,6 Mw.

 

El futuro del coche alternativo y eléctrico, cuyas modalidades ya superan en ventas a los coches diesel en la región en los últimos meses, también se analiza en detalle, así como las posibilidades de desarrollo de la movilidad eléctrica en el ámbito rural, con nuevos modelos como el transporte compartido. La necesidad de potenciar la red de puntos de recarga, muy dependiente en estos momentos de los puntos instalados por la Diputación de Badajoz, Diputación de Cáceres, Junta de Extremadura y Ayuntamientos, es otro de los retos a tener en cuenta en el futuro para incentivar aún más la compra de coches eléctricos.

Fuente: https://energiaextremadura.com

Enlace:https://energiaextremadura.com/2022/09/05/el-nuevo-anuario-energia-y-medio-ambiente-extremadura-2022-ya-en-la-calle/

 

Extremadura ha presentado 40 aportaciones al MITERD para el Plan de Contingencia de Seguridad Energética que, enfocadas en el ahorro y la eficiencia energética, tratan de intensificar y multiplicar el peso de las energías limpias en el consumo, y adicionalmente, favorecer el desarrollo de una industria sostenible en línea con el Plan Extremeño Integrado de Energía y Clima.

Extremadura se muestra solidaria con las medidas planteadas por Europa poniendo de manifiesto su gran esfuerzo en la generación de energía eléctrica renovable, pero considera que el consumo extremeño de gas ofrece posibilidades limitadas de recorte, constatando que el consumo de gas se ha reducido un 4,5% en Extremadura en el acumulado hasta julio de 2022, una contracción de 54,5 GWh. Es por ello, que las aportaciones extremeñas se centran en medidas para la electrificación de la economía y para incentivar el despliegue de energías renovables, con el objetivo de caminar hacia un escenario de completa descarbonización.

Para ello, se proponen medidas en diversos ámbitos, como acelerar los concursos de nuevos puntos de conexión a la red que permitan seguir aprovechando el potencial renovable que alberga la región; o una mayor flexibilidad en la planificación de la red de transporte que atienda ágilmente las necesidades de demanda de energía eléctrica asociadas a nuevos proyectos industriales que puedan surgir en el corto plazo y que requieren de elevados consumos.

También se propone promover y agilizar la repotenciación de instalaciones renovables existentes, así como el impulso a la incorporación de almacenamiento en los proyectos y a la hibridación entre tecnologías, tanto en instalaciones nuevas como en las que ya se encuentran en operación. Es por ello y en aras de favorecer un reparto de cargas entre administraciones, que se propone la elevación a 300 MW de la competencia autonómica en la tramitación de proyectos de generación de energía eléctrica a partir de renovables.

Específicamente en autoconsumo se pide reforzar la política de incentivos para seguir impulsando su despliegue especialmente en pymes y particulares; simplificar su tramitación administrativa cuando se trata de instalaciones sobre cubierta, suprimiendo la necesidad de la autorización administrativa previa independientemente del tamaño; regular a favor de que el autoconsumo sin excedentes no tenga la consideración de  instalación de producción al no inyectar energía excedentaria a la red, lo cual significaría que su construcción no requiere autorización administrativa previa, independientemente de su tamaño. Asimismo, respecto del autoconsumo compartido, dado el predominio rural en muchas zonas de España, y la presencia de amplios polígonos industriales, se solicita ampliar a 2 kilómetros la distancia máxima entre los puntos de generación y consumo.

La Junta de Extremadura considera oportuno poner en marcha sendos planes de choque para la eficiencia energética en edificios administrativos, principalmente hospitales, y también en los hogares mediante planes de incentivos para sustituir electrodomésticos e instalaciones de calor/frío por otras más eficientes.

Respecto de las empresas, se consideran necesarios, entre otros, incentivos para implantar el cálculo de la huella de carbono y sistemas de gestión de energía, así como actuaciones específicas de ayudas para el sector agropecuario y el sector comercial.

Para avanzar en la electrificación y en la implantación de gases renovables en el transporte se propone un marco normativo favorecedor de la movilidad sostenible, acompañado de un plan de choque para infraestructura de recarga, un plan de inversión nacional de despliegue de la red que permita el transporte de hidrógeno verde y el fomento de la penetración de biocombustibles en este sector del transporte, así como una transición más rápida a la electrificación de la red ferroviaria actual para transporte de mercancías y personas. Asimismo, se considera necesario el apoyo para la implementación de planes de movilidad en las empresas.

Con carácter transversal se plantea el establecimiento de mecanismos de incentivación fiscal en los tributos para favorecer la transición energética en áreas sostenibles como el autoconsumo fotovoltaico, la rehabilitación energética o la movilidad eléctrica.

Extremadura defiende una mejora de las redes de transporte con las regiones limítrofes (nacionales e internacionales) por medio de red ferroviaria electrificada (tanto AVE como convencional) y un avance en la conectividad con Portugal mediante tubo para dar salida al potencial de generación de hidrogeno verde u otros gases renovables.

Por último, se considera preciso desarrollar un gran esfuerzo en materia de sensibilización a la ciudadanía española para concienciarla sobre la relevancia del ahorro y la eficiencia energética e involucrarla en el cambio de hábitos para afrontar las turbulencias energéticas por las que atravesamos.

Fuente: Juntaex.es

El Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), ha aprobado las Orientaciones Estratégicas sobre Agua y Cambio Climático, un documento clave previsto por la Ley de cambio climático para establecer directrices y medidas en planificación y gestión del agua en España que incrementen la resiliencia del país frente al calentamiento global con un horizonte temporal que mira al año 2030.

Según las conclusiones del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), la región mediterránea es especialmente sensible a los impactos del calentamiento global. Existe una probabilidad elevada de descenso de los recursos hídricos en las cuencas hidrográficas que actualmente soportan los principales problemas de gestión del agua en nuestro país. Por ello, la nueva estrategia pone el foco en identificar los retos asociados a la gestión del agua y los instrumentos más adecuados para hacerles frente.

 Así, las Orientaciones Estratégicas servirán para poner en marcha líneas de actuación que implementen adecuadamente las políticas de Agua de la Unión Europea e impulsen una planificación hidrológica resiliente frente al cambio climático.

 Entre las medidas planteadas destacan la recuperación, restauración y protección de los ríos, lagos, acuíferos, y zonas húmedas, el incremento de la seguridad hídrica, la mejora del saneamiento y depuración en las aglomeraciones urbanas; la lucha frente a la contaminación difusa o el avance en la gestión del riesgo de inundaciones o sequías. Asimismo, el documento apuesta por reforzar la financiación de las administraciones hidráulicas o por impulsar la agenda internacional del agua.

 Estas líneas de acción se completarán con el impulso de las nuevas tecnologías, las actividades económicas sostenibles y la construcción de un modelo de gobernanza del agua transparente, equitativo y participativo.

 Los instrumentos que permitirán desarrollar las medidas a implantar serán los Planes Hidrológicos de Cuenca, los Planes de Gestión del Riesgo de Inundación o los Planes de Sequía. Además, también se verán apoyados por las iniciativas previstas en el Plan de Acción de Aguas Subterráneas, actualmente en redacción, el Plan DSEAR, el PERTE para la Digitalización del Ciclo del Agua o la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos.

 HORIZONTE TEMPORAL 2030

La implantación de estas líneas de actuación tendrá como horizonte temporal el año 2030 y estará marcada por cuatro hitos significativos:

 La aprobación de 2022 de los Planes hidrológicos del tercer ciclo y de los Planes de gestión del riesgo de inundación

  • La finalización en 2025 del primer programa de trabajo del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático.
  • La finalización en 2027 del tercer ciclo de planificación hidrológica y del segundo ciclo de planificación del riesgo de inundación
  • La finalización en 2030 de la Estrategia y el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático.

 La Ley de Cambio Climático y Transición Energética (Ley 7/2021) establece en su artículo 19.2 la necesidad de contar con una estrategia que defina las directrices y medidas que deberá contemplar la planificación y gestión del agua en España para hacer frente a las consecuencias del cambio climático ya que sus impactos sobre los sistemas de gestión del agua son cada vez más evidentes.

 Así, la estrategia aprobada hoy da cumplimiento a lo recogido en la Ley de cambio climático, al tiempo que se alinea con las políticas ambientales europeas y nacionales como el Pacto Verde Europeo y la Estrategia Europea de Biodiversidad 2030, la Estrategia Española de Economía Circular, la Estrategia Española de Desarrollo Sostenible 2030, o el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático 2021-2030.

 Además, el documento incorpora unos índices de seguimiento que permitirán comprobar si, con las medidas adoptadas, España se va acercando o alejando de los objetivos establecidos.

 PRINCIPALES DESAFÍOS

Algunos de los principales retos en la gestión del agua que se identifican en estas orientaciones estratégicas son la situación de frágil equilibrio entre los recursos disponibles y las demandas de agua, el saneamiento y depuración, el estado de las aguas subterráneas y las alteraciones de los ríos. Además, la revisión de la Directiva sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas, junto la contaminación difusa por nitratos, son otros de los desafíos que habrá que superar.

Fuente: MITERD

El pasado mes de julio fue extremadamente cálido. Su temperatura media fue la más alta registrada en España no solo en julio, sino en cualquier mes desde, al menos, 1961. La ola de calor que afectó a la Península y Baleares fue la más importante desde que hay registros, pues se trató de la más intensa, la más extensa y la segunda más larga de la serie. En Canarias se produjeron dos olas de calor a lo largo de julio. También fue un mes muy seco: las precipitaciones no llegaron a alcanzar la mitad del valor normal, convirtiéndose en el tercer julio más seco del siglo XXI

El mes de julio fue en conjunto extremadamente cálido, con una temperatura media sobre la España peninsular de 25,6 °C, valor que queda 2,7 °C por encima de la media de este mes (periodo de referencia: 1981-2010). Se trató del mes de julio y del mes en general más cálido desde el comienzo de la serie en 1961, habiendo superado en 0,2 °C a julio de 2015, que era hasta ahora el más cálido de la serie.

 

Temperatura media

T media ( °C)

Anomalía ( °C)

Carácter

España peninsular

25,6

+2,7

Extremadamente cálido

Baleares

26,8

+1,7

Muy cálido

Canarias

23,7

+1,6

Muy cálido

Julio fue extremadamente cálido en toda la España peninsular, excepto en zonas del norte de Galicia, Cantábrico oriental, valle del Ebro y sureste peninsular, donde resultó muy cálido. En Baleares tuvo un carácter muy cálido o extremadamente cálido, mientras que en Canarias fue muy cálido en la mayoría de las zonas.

Anomalías de temperatura registradas en julio de 2022

Las anomalías térmicas llegaron a estar 4 ºC por encima de lo normal en Galicia, centro y sur de Castilla y León, Comunidad de Madrid, Extremadura, oeste de Castilla-La Mancha y en puntos del interior de Andalucía y los Pirineos, incluso con anomalías próximas a 5 ºC en puntos de estas regiones. Las temperaturas máximas diarias quedaron en promedio 3,3 °C por encima del valor normal, mientras que las mínimas se situaron 2,2 °C por encima de la media, resultando una oscilación térmica diaria 1,1 °C superior a la normal del mes.

En veintinueve estaciones principales la temperatura media del mes resultó la más alta de cualquier mes desde el comienzo de las respectivas series. Además, en cuarenta y una estaciones principales la media mensual de las temperaturas máximas diarias resultó la más alta de la serie, mientras que en nueve la media de las mínimas fue también la más alta desde el comienzo de las observaciones.

UNA EXCEPCIONAL OLA DE CALOR

En julio destacó la ola de calor, de excepcional duración e intensidad, que afectó a la España peninsular y Baleares entre los días 9 y 26, y que, con dieciocho días de duración, se convirtió en la segunda ola de calor más larga desde que hay registros en España, tan solo superada por la ola de calor que transcurrió del 27 de junio al 22 de julio de 2015, y que tuvo una duración de veintiséis días. Además, la ola de calor afectó a 40 provincias, empatando con la más extensa hasta ahora, registrada en agosto de 2012, y también se trató de la ola de calor más intensa, con una anomalía de la ola de 4,8 ºC, superando con mucho a la ola de calor de agosto de 2021, la de mayor intensidad hasta ahora. Los estudios de ola de calor se remontan en España a 1975 y con la información actualmente disponible, la ola de calor de julio de 2022 en la Península y Baleares es la más importante de la serie histórica por su intensidad, duración y extensión excepcionales.

Esta situación cálida fue debida a la presencia de un potente anticiclón atlántico que favoreció el desplazamiento de una masa de aire muy cálida de origen africano sobre la península ibérica y Baleares. Se registraron temperaturas, tanto máximas como mínimas, muy por encima de las normales para la época del año, llegando a alcanzar los 46 °C en Morón de la Frontera (Sevilla) el día 24 de julio.

Canarias también se vio afectada por este episodio, que dio lugar a dos sucesivas olas de calor en el archipiélago: la primera entre los días 9 y 11, y la segunda entre el 24 y el 26 de julio. En julio hubo además otros dos episodios cálidos: el primero entre los días 2 y 5, y el segundo desde el día 28 hasta el final del mes. En cuanto a episodios fríos, únicamente el día 1 las temperaturas se situaron por debajo de los valores normales para la época del año.

EL TERCER JULIO MÁS SECO DEL SIGLO ACTUAL

El mes de julio tuvo un carácter muy seco, con una precipitación media sobre la España peninsular de 8,6 mm, que representa el 49 % del valor normal del mes (periodo de referencia: 1981-2010). Se trató del noveno mes de julio más seco desde el comienzo de la serie en 1961 y del más seco de los últimos quince años. Fue el tercero menos lluvioso del siglo XXI, por detrás de los meses de julio de los años 2005 y 2007. Por el contrario, en Canarias fue el tercer mes de julio más húmedo del siglo XXI.

 

Precipitación

P (mm)

Porcentaje (%)

Carácter

España peninsular

8,6

49

Muy seco

Baleares

0,5

7

Muy seco

Canarias

2,0

250

Muy húmedo

En la Península, julio fue entre seco y muy seco en Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Castilla y León, Extremadura, Toledo, Soria y Cataluña oriental, llegando a ser extremadamente seco en zonas del extremo norte y de Burgos. En el sur de Navarra, La Rioja Baja, el suroeste de Cataluña, sureste de Aragón y Albacete tuvo carácter entre húmedo y muy húmedo. El resto, con carácter normal. En Baleares fue entre seco y muy seco, salvo en Las Pitiusas, donde fue normal. En Canarias tuvo carácter entre húmedo y muy húmedo en El Hierro, La Gomera y Gran Canaria; normal en La Palma y gran parte de Tenerife y Fuerteventura, y seco en Lanzarote

Porcentaje de precipitación respecto a lo normal en julio de 2022

Porcentaje de precipitación respecto a lo normal en julio de 2022

Aunque las precipitaciones fueron bastante escasas en general, durante los primeros días del mes se llegaron a superar los 40 mm en zonas de Teruel y La Rioja. Esa cifra también se superó en la parte final de julio en los Pirineos, interior de Cataluña, Teruel e interior de Castellón.

Fuente: AEMET

El casquete de la Antártida Oriental (EAIS, por sus siglas en inglés), la mayor capa de hielo de la Tierra, que alcanza grosores de hasta 4.800 metros en algunos puntos, aún puede salvarse de los peores efectos de la crisis climática si el calentamiento global se mantiene por debajo de dos grados.

Investigadores de la universidad británica de Durham han publicado un estudio en la revista "Nature" en el que indican que si se cumplen los objetivos climáticos del Acuerdo de París el derretimiento del casquete solo contribuirá a elevar 50 centímetros el nivel del mar entre ahora y el año 2500.

Sin embargo, la placa está formada por suficiente hielo como para elevar el nivel de las aguas en más de 50 metros, por lo que un calentamiento mayor podría contribuir a sumergir la línea de costa aún más en todo el planeta.

Las observaciones por satélite revelan ya una reducción del hielo, que se ha retirado en algunas zonas, especialmente en lugares donde entra en contacto con corrientes oceánicas templadas.

Los científicos estiman que si el calentamiento continúa al ritmo actual más allá de 2100, la placa puede agregar "varios metros" al nivel de los mares "durante los próximos siglos".

El papel de los gases de efecto invernadero

En cambio, si se lograra una "reducción dramática de las emisiones de gases de efecto invernadero" y "solo un pequeño aumento de la temperatura", el casquete antártico solo contribuiría a incrementar el volumen oceánico en dos centímetros en este siglo, "mucho menos de lo esperado por parte de Groenlandia y la Antártida Occidental", subrayan los investigadores en un comunicado de su universidad.

El trabajo publicado en "Nature" subraya que la última ocasión en la que las concentraciones de dióxido de carbono superaron el nivel actual fue durante el periodo del Plioceno medio, hace cerca de tres millones de años.

En aquel momento, las temperaturas eran entre 2 y 4 grados superiores a las actuales y el nivel oceánico medio llegó a alcanzar entre 10 y 25 metros más.

Las observaciones de sedimentos marinos en la zona antártica sugieren que en aquel tiempo la placa de hielo se quebró, por lo que debió de contribuir en varios metros a esa elevación del nivel de las aguas.

Fuente: EFEverde

Enlace noticia:https://efeverde.com/la-mayor-capa-de-hielo-de-la-tierra-aun-puede-salvarse/

 

En los últimos años los científicos han multiplicado los esfuerzos para estimar el impacto que el cambio climático en todo tipo de ámbitos, incluido el de las enfermedades infecciosas. Los estudios en este sentido se han centrado en establecer cómo ciertos grupos específicos de patógenos (como las bacterias o los virus) responden a las variaciones climáticas, como el aumento de las olas de calor o de las inundaciones, así como las formas en las que estos fenómenos afectan a los tipos de transmisión.

Pero hasta ahora pocos trabajos habían intentado construir un escenario global, que valore el impacto que el cambio climático va a tener sobre el conjunto de dolencias causadas por patógenos. Un estudio publicado  en la revista Nature Climate Change supone una de las primeras aproximaciones completas al problema. Un equipo de investigadores norteamericanos y suecos han realizado un análisis sistemático de la literatura científica sobre el tema: en concreto 3.213 artículos en los que 286 enfermedades patógenas humanas se relacionan con 10 acontecimientos climáticos, como el aumento de las temperaturas, las inundaciones o la sequía.

En total, este metanálisis de enfermedades infecciosas apunta que el 58% de los patógenos que han afectado a la humanidad están empeorando por peligros climáticos.

De ellos, 277 se vieron agravados por al menos un peligro climático y sólo nueve disminuyeron por los cambios en el clima global. De acuerdo con el estudio, los eventos climáticos que más influyen en el comportamiento de los patógenos son el aumento de las temperaturas (que implica un aumento en 160 enfermedades), así como los cambios en el régimen de precipitaciones (122), las inundaciones (121) y la sequía (81).

Los resultados confirman los riesgos adicionales que el cambio climático supone para la salud (además del impacto directo de las temperaturas en el organismo o las víctimas causadas por los desastres naturales). Los autores destacan situaciones que aumentan las posibilidades de contacto entre seres humanos y agentes patógenos, por ejemplo, las tormentas e inundaciones que provocan desplazamientos hacen más probable que aparezcan casos de fiebre de Lassa o de legionelosis. Por otro lado, el calentamiento global aumenta la superficie geográfica en la que aparecen los organismos que transmiten enfermedades, como el dengue y la malaria.

AUMENTO DEL RIESGO

Esos cambios en la distribución geográfica de las especies son uno de los indicios ecológicos más habituales del cambio climático. El calentamiento y los cambios en las precipitaciones, por ejemplo, se asocian a la expansión del área de distribución de vectores como mosquitos, garrapatas, pulgas, aves y varios mamíferos implicados en brotes de virus y bacterias como el citado dengue, el chikungunya, la peste, la enfermedad de Lyme, el virus del Nilo Occidental y el Zika.

Otros trabajos ya habían avanzado que el cambio climático está modificando los patrones de propagación de enfermedades infecciosas, con los riesgos que eso implica para los seres humanos y para la biodiversidad.

Ahora los autores del artículo en Nature Climate Change inciden en la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) como única solución viable. 

Fuente: El Mundo

Enlace a la noticia: https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/medio-ambiente/2022/08/08/62f12647fdddff43a68b45b5.html

 

Las olas de calor no solo son terrestres, también las sufren mares y océanos. En el Mediterráneo se está produciendo una muy dura, “con temperaturas de entre 28° y 30°, hasta 5° por encima de los valores normales”, explican desde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Este calor intenso multiplica en la costa las noches tropicales y ecuatoriales —en las que no baja de 20° y de 30°—, pone en peligro los hábitats marinos y agita el miedo a lluvias torrenciales en el Levante.Los meteorólogos explican que, aunque un mar demasiado cálido es una “bomba”, lo verdaderamente determinante para desencadenar este tipo de episodios son factores atmosféricos como una dana —un embolsamiento de aire en capas altas conocido popularmente como gota fría— o una vaguada —un área de bajas presiones en las capas altas con forma de lengua y aire frío en su seno.

Desde Aemet calculan que la ola de calor marina comenzó a finales de mayo o principios de junio, cuando la temperatura del agua era ya de 25°, y alerta de que la frecuencia de este fenómeno está aumentando. Se debe “al calentamiento global, ya que temperaturas globales mayores provocan temperaturas más altas en el mar”. Y, al igual que ocurre con las terrestres, las marinas son ahora más potentes en un Mediterráneo ya de por sí recalentado. 

La ola ha ido variando en intensidad y en zonas más afectadas. Ahora mismo, lo peor se concentra en la “cuenca occidental, de Italia a la península Ibérica”, donde están las mayores anomalías, de entre 3° y 5°, sobre todo de Cerdeña a las Baleares, de 4° a 5°, según datos satelitales. En Barcelona es de 3°. El antecedente más cercano fue 2017, aunque puede estar a la altura de la ola de 2003, hasta ahora el verano más cálido. De momento, tiene una intensidad algo inferior, ya que en la de 2003 se midieron 31° en Baleares.

Otra derivada es el impacto en la flora y fauna marinas. “El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ya alertó en 2019 de que las olas de calor marinas son muy perjudiciales para los ecosistemas de coral y para la fauna piscícola”

Las especies autóctonas “se verán desplazadas por invasoras que se cuelan por el canal de Suez desde el mar Rojo, cuya temperatura se está equiparando a la mediterránea”, se está alterando el metabolismo de los peces, que se desorientan y se acercan a la costa. En Alicante, se han producido mordeduras de obladas, unos peces que viven en profundidades de 5 a 20 metros. Es muy grave también su efecto sobre las praderas de posidonias, que cada vez se ven sometidas a un mayor estrés térmico, lo que está alterando su ciclo vital y causando su regresión. Las posidonias generan más oxígeno que el Amazonas y contribuyen a mitigar los efectos del cambio climático.

FUENTE: EL PAIS

ENLACE NOTICIA: Lluvias torrenciales: El Mediterráneo alcanza 30° en una potente ola de calor marina que ya ha batido récords | Clima y Medio Ambiente | EL PAÍS (elpais.com)

 

El pasado mes de julio se caracterizó por una intensa ola de calor que afectó a España entre los días 9 y 18. Las consecuencias resultaron especialmente graves, teniendo en cuenta que los expertos suelen considerar la primera ola de calor del año como la más peligrosa, por la escasa precaución y la falta de medidas tomadas por la población de riesgo. Sin embargo, el mes de julio se saldó con 9.687 muertes más de las esperadas para el periodo, de las cuales 2.176 se podrían atribuir a las altas temperaturas entre los días 1 y 30 del mes, según informa el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III. Esto significa que se produjeron más del doble de muertes respecto al mes de junio y casi cuatro veces más que durante las mismas fechas de julio del año pasado.

 

 

Las altas temperaturas representan un gran peligro para la población en general, pero sobre todo para aquellas personas con patologías cardiovasculares y respiratorias previas. 

Una de las consecuencias del cambio climático ha sido la progresiva anticipación de las olas de calor. Así, la ola de junio supuso una de las más intensas desde 1975. La tendencia a la baja en la mortalidad de los últimos años parece haber cesado y se observa un cambio drástico en el verano de 2022 como muestran los informes del MomoTemp del ISCIII. Mientras que la ola de calor de julio del año pasado duró tres días y se saldó con 74 muertes, la de este año se extendió durante más de una semana, alcanzando las 870 muertes atribuibles a las altas temperaturas. Solo en el mes de julio de este año se duplicaron las muertes por exposición al calor de todo el 2021. Esto supone un alarmante retroceso con respecto al descenso de muertes que se observaba desde 2017 y convierte a 2022 en el peor año desde el 2015, primero del que se tienen registros en el Panel Momo del ISCIII.

Durante la ola de calor del pasado julio, 21 provincias llegaron a estar en riesgo alto de probabilidad de exceso de mortalidad atribuible a las temperaturas elevadas. De entre ellas, Madrid fue la provincia más afectada, seguida de Valladolid, Badajoz, Toledo, Sevilla y Salamanca. La misma tendencia se puede observar según el Índice Kairos del ISCIII en la primera semana de agosto, en la que Madrid permanecerá de forma notable en riesgo alto del 100%, seguida por Pontevedra, aunque con una probabilidad considerablemente menor, oscilando entre el 62% y el 79%.

Madrid es la provincia que ha registrado el mayor número de fallecimientos atribuibles a las altas temperaturas en el mes de julio con una importante diferencia respecto al resto de España. Los últimos datos registrados en el Panel MoMo hasta el día 30 de julio contabilizan un total de 486 muertes. A la capital le siguen Sevilla (129 muertes), Badajoz (106 muertes) y Barcelona (104), aunque con unas cifras de exceso de mortalidad notablemente inferiores. Sin embargo, las provincias de Málaga, Cádiz, Tarragona, Las Palmas y la ciudad de Melilla no han registrado ninguna muerte por temperaturas elevadas, aunque esto no significa que estas zonas no hayan sufrido la ola de calor. El registro de 0 muertes en estas provincias puede deberse a que sus temperaturas umbrales de disparo de la mortalidad atribuible al calor no han sido superadas. Así nos encontramos con que la temperatura en la que se dispara la mortalidad en A Coruña es de tan solo 26ºC mientras que en Sevilla es de 40ºC.

FUENTE: ELMUNDO

 
 
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