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En contra de lo que pueda sugerir el título de este artículo, los logros de esta 27 conferencia de las partes, de esta 27 cumbre del clima, no estuvieron equilibrados con los fracasos. El balance global de la COP27 celebrada en Sharm el Sheikh (Egipto) puede considerarse decepcionante. Se ha hecho pública la propuesta final de decisiones y, a pesar del estilo administrativo y no siempre directo y claro, puede leerse en varios de los puntos palabras como “preocupación” y “no se alcanzan objetivos”.

En un sencillo y directo discurso de clausura, el neerlandés Frans Timmermans, vicepresidente primero de la Comisión Europea, tras recordar que los amigos solo lo son si pueden decirse cosas que no son agradables de oír, instó a seguir trabajando una vez visto el escaso avance. Ha puesto, como todos los años, la vista en la siguiente COP.

La distancia entre dónde estamos y dónde deberíamos estar es mayor que nunca

Las reacciones no se han hecho esperar. La distancia entre donde debemos estar y donde estamos en materia de emisiones de gases de efecto invernadero, derechos humanos y equilibrios geopolíticos es más grande que nunca. Cuando más necesitamos acciones y compromisos para atajar la crisis climática volvemos a escuchar promesas y planes futuros, objetivos sin agendas concretas y presiones para que apenas nada cambie.

Ha resultado una cumbre del clima distraída con los síntomas e incapaz de abordar causas y soluciones. Solo que cada año la brecha entre donde habría que estar y donde estamos se hace más peligrosa. No obstante, comenzaremos por las siete cosas que sí se lograron o que sí abren esperanzas, para continuar con las siete cosas que explican el sentimiento generalizado de preocupación.

 

Siete puntos positivos que alimentan algo de esperanza

  1. Nueva ola geopolítica

    Esta COP deja clara la complejidad de la geopolítica y las dificultades para lograr la transición global hacia una descarbonizacón de la economía. Se ha avanzado en la comprensión del problema y por dónde deben ir las soluciones, pero los líderes mundiales deben moverse de las tensiones (como la invasión de Ucrania) y aprovechar al máximo los nuevos acontecimientos geopolíticos positivos, como el regreso de Brasil a la escena mundial y el acercamiento climático entre Estados Unidos y China. Aunque Lula no asuma el cargo hasta el 1 de enero de 2023, ha presentado su visión para la Amazonía, la mayor selva tropical del mundo y foco de la indignación internacional con Bolsonaro. Una de las principales cosas que quiere hacer es volver a poner a Brasil en el centro de la geopolítica internacional.

  2. Agenda de Bridgetown y sistema financiero

    La reforma del sistema financiero internacional para hacerlo más justo y adecuado a su finalidad ha cobrado impulso y reconocimiento. La conocida como Agenda de Bridgetown se presentó junto a la agenda de trabajo planteada de aquí a las reuniones de primavera del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. París acogerá una cumbre sobre este tema en junio de 2023 para resolver el vacío que ha quedado en esta COP y ponerse a trabajar en una reforma estructural del sistema financiero global. Parece que la agenda está clara y con fechas concretas y objetivos tangibles.

  3. Acabar con el lavado verde (greenwashing)

    Las empresas tendrán que responder a las nuevas normas de las Naciones Unidas y garantizar que sus planes reducen eficazmente las emisiones si quieren ser una parte creíble de la respuesta global al cambio climático. El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, dijo que habría “tolerancia cero para el lavado verde neto”. Se ha convocado un nuevo grupo de trabajo para avanzar en la regulación de los compromisos de las empresas con el cero neto de emisiones en los países de todo el mundo.

  4. Impulso renovable

    Hubo mención y acuerdos sobre energías limpias, con avances mensurables. Las energías renovables son ahora más baratas que las fósiles en dos tercios del mundo, incluyendo economías emergentes como Brasil, Argentina, Colombia, Chile, Perú, Sudáfrica, Kenia, India, Tailandia, Vietnam y Filipinas. La inversión en la transición ha aumentado un 25% hasta superar los 708 000 millones de dólares este año a pesar de la crisis económica, incluyendo un impulso masivo al transporte eléctrico.

  5. Transición del carbón

    En jornadas realizadas al margen, se cerró un acuerdo de 20 000 millones de dólares para la transición del carbón en Indonesia, y se prevén acuerdos similares para Vietnam y, potencialmente, Senegal. Estos avances “JET-P - Just Energy Transition Partnership” se basan en el acuerdo de 8.500 millones de dólares alcanzado con Sudáfrica en la COP26. Estas estrategias alineadas podrían ser importantes para acelerar la transición energética mundial.

  6. Próxima parada: la naturaleza

    El próximo mes en Montreal, en la COP15 del Convenio sobre la Biodiversidad, los líderes mundiales se reunirán para establecer un acuerdo global para la naturaleza. Sabemos que no podemos alcanzar el objetivo de no rebasar 1,5℃ sin proteger la naturaleza, y sabemos que la naturaleza es la primera línea de defensa contra los fenómenos meteorológicos extremos. Por ello, el CDB en Montreal es una oportunidad para corregir algunos de los errores de la COP27, proporcionando objetivos, calendarios y financiación muy necesarios para reparar esta pieza del rompecabezas climático.

  7. Litigios

    Mientras tanto, los riesgos de litigio están aumentando rápidamente para los gobiernos y las empresas que no cumplen con el Acuerdo de París. Ha habido más de 2.000 casos climáticos que ya han sentado un precedente legal. Los casos en curso abarcan cuestiones como los objetivos climáticos ineficientes, la contaminación ambiental, las violaciones de los derechos humanos y el lavado verde, entre otros. Estos casos están demostrando que la acción climática es un deber legal, no una opción voluntaria.

Siete problemas que revelan escasos progresos

  1. Apoyo para hacer frente a pérdidas y daños

    El haberse centrado en los síntomas del cambio climático, esos síntomas que se engloban en lo que se llama “pérdidas y daños”, refleja la incapacidad global para enfrentarse a la terrible realidad de que dependemos en un 80% de los combustibles fósiles. Deberíamos centrarnos en que no ocurran más daños y pérdidas y sin embargo estamos explorando cómo compensar a quienes los sufren. Además, los países ricos aún no han entregado los 100.000 millones de dólares anuales que prometieron desde hace años y que en la COP 26 de Glasgow parecían inminentes. No hay claridad en los términos de los acuerdos de financiación. En el último momento se han logrado algunos acuerdos incompletos y apresurados al respecto.

    La reevaluación de los países que pagan y los que reciben es una cuestión importante que queda relegada para el próximo año. A falta de una fuente de financiación inmediata, las promesas de pérdidas y daños se destinaron principalmente al Escudo Global y a los sistemas de alerta temprana de la ONU, con algunos compromisos para la Red de Santiago y proyectos específicos para cada país. Se hicieron nuevas promesas de contribuciones de 340 millones de euros para pérdidas y daños.

  2. ¿Implementación?

    Lo más decepcionante es precisamente la implementación de lo que el propio G20 en esos mismos días de la COP27 habían acordado: “Aumentar urgentemente la ambición de mitigación y adaptación”, centrándose también en la financiación de pérdidas y daños. La falta de concreción indica que los países desarrollados siguen sin aceptar que las crisis geopolíticas, energéticas y económicas son razones para acelerar la acción, no para romper las promesas una y otra vez.

  3. Combustibles fósiles y naturaleza

    El acuerdo alcanzado en Sharm el Sheikh no abordó las causas de los impactos del cambio climático: el uso de combustibles fósiles y la destrucción de la naturaleza. Los países no llegaron a un acuerdo para la eliminación progresiva de todos los combustibles fósiles, basándose en el llamamiento a la eliminación progresiva del carbón realizado en la COP26 de Glasgow. Y no lo hicieron porque el tema apenas estuvo en la mesa, como otro de las más inquietantes, que tampoco estuvo presente: el de los subsidios a los combustibles fósiles por parte de los Estados. Sin estos temas en el centro de las negociaciones no debe extrañar el escaso progreso en los objetivos principales de la acción climática.

  4. ¿Es 1,5℃ todavía un objetivo a nuestro alcance?

    La incapacidad para avanzar en materia de emisiones se produjo a pesar de que el mundo ha experimentado impactos climáticos que alteran la política, la economía y las tensiones entre países. Las fuertes sequías y olas de calor en Europa, las inundaciones en Pakistán, Nigeria y Australia y la sequía en Estados Unidos son ejemplos de cómo las estructuras de ayuda y apoyo, como el fondo de pérdidas y daños, tendrán más demanda en el futuro por no haberse atajado los problemas de origen. En las decisiones finales de la COP27 se hace referencia al escenario de 1,5℃ planteado en la COP 21 de París, pero sólo se reconoce el objetivo. No se mencionan las vías ni los planes para alcanzarlo. No ha habido líderes que hayan roto con la industria de los combustibles fósiles.

  5. ¿Quién paga y quién recibe?

    India y China se han convertido en las mayores economías del mundo desde que se estableció la definición de países “desarrollados” y “en desarrollo” en 1992. La UE y Estados Unidos quieren que se reflejen las circunstancias actuales. China y la Liga de los Estados Árabes, productores de petróleo, quieren que se tenga en cuenta el equilibrio histórico. Esto genera un círculo vicioso que bloquea los acuerdos pero que tendrá que cuadrarse en los próximos años.

  6. El cambio de rumbo que aún no llega a África

    Se pensó que esta sería la COP africana, pero no se ha generado mucha financiación nueva para los países vulnerables, sean africanos o no –dejando mucho por hacer en 2023–, ya que se instó a los países a aumentar la financiación de la adaptación, pero sin concretar.

  7. Derechos humanos

    La Presidencia de la COP 27 estuvo bajo presión durante toda la reunión por su enfoque de los derechos humanos. Se subrayó la conexión entre el espacio cívico y la acción climática. Es evidente que la lucha por el aumento de la libertad en Egipto, como en tantos otros países, continuará mucho después del final de esta reunión.

     

Fuente: TheConversation

Publicado en Extremadura

España se ha adherido a una alianza mundial, integrada por más de 200 países, fabricantes y regiones, entre otros, para impulsar que todas las ventas de nuevos automóviles y furgonetas sean cero emisiones, a más tardar, en 2035 en los principales mercados y en 2040 a nivel global.

La coalición, denominada Accelerating to Zero (A2Z), ha sido lanzada en la cumbre del clima de Egipto (COP27) y amplía la declaración de Vehículos Cero Emisiones de Glasgow (COP26) nacida para eliminar las ventas de coches y furgonetas de combustión a partir de 2035 en los grandes mercados.

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ESPAÑA, ÚNICO GIGANTE DEL MOTOR EN SUMARSE

En su día, el acuerdo de Glasgow fue firmado por más de cien entidades y países (31), entre los que no estaban los mayores productores de vehículos del mundo: China, Estados Unidos, Japón, India, Corea del Sur, Alemania, México, Brasil, España y Tailandia, por ese orden, según datos de 2021 publicados por Statista.

Así, España, segundo fabricante automovilístico europeo y noveno del mundo, es por ahora el único del "top 10" mundial en sumarse a esta iniciativa, a la que también se ha adherido Francia, mientras que el resto de los gigantes del motor se mantiene al margen.

No obstante, según han explicado los responsables de la alianza, hay que destacar los avances legislativos en materia de vehículos eléctricos que se están gestando, tanto en Estados Unidos como en Europa, donde el mercado de eléctricos está avanzando muy rápido.

De hecho, a finales de octubre los negociadores del Consejo Europeo (Estados miembros), la Eurocámara y la Comisión Europea acordaron que no se puedan vender en la Unión Europea turismos y furgonetas nuevos con motores de combustión en su territorio a partir de 2035.

A2Z conecta a las principales organizaciones del mundo en materia de transporte cero emisiones, creando una plataforma para impulsar políticas y planes para la descarbonización del transporte por carretera, responsable del 20 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.

Los socios, entre los que también figuran ciudades, ONG o propietarios de flotas, trabajarán en la aceleración de los vehículos medianos y pesados (camiones o autobuses) de cero emisiones.

Según sus impulsores, desde la COP26, el mercado global de vehículos eléctricos ha crecido un 95 %.

Sin embargo, los expertos en cambio climático advierten de que, para lograr el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 °C, el aumento de las ventas de turismos eléctricos debe quintuplicarse, la de los autobuses ir diez veces más rápido y el transporte de mercancías ser aún más raudo.

Coincidiendo con el denominado Día de las Soluciones de la COP27, también se ha acordado un nuevo paquete de apoyo a la transición global para ayudar a los países en desarrollo a acceder a la experiencia, los inversores y los fondos necesarios para la descarbonización del transporte.

LAS VENTAS DE VEHÍCULOS ELÉCTRICOS SUBIRÁN EL 60 % EN 2022

Según un informe publicado por Bloomberg en el marco de la COP27, las ventas de turismos eléctricos sumarán en 2022 las 10,6 millones de unidades, el 60 % más que un año antes y el triple que en 2020.

En términos relativos, el 13,2 % de los coches nuevos vendidos en el mundo en el primer semestre de este año eran eléctricos, frente al 8,7 % de 2021 y el 4,3 % de 2020.

El informe añade que se espera que la adopción de vehículos eléctricos evite el uso de casi 1,7 millones de barriles de petróleo al día en 2022, más que el consumo total de petróleo de una economía mediana del G20 como Francia o México.

Fuente: EFEVerde

Publicado en Extremadura

España ha subido once posiciones, hasta el puesto número 23, en el Climate Change Performance Index (CCPI), un índice que monitoriza los esfuerzos en mitigación de la Unión Europea y 59 países de todo el mundo que, en su conjunto, representan el 92 % de las emisiones globales.

Rendimiento medio

España obtiene la calificación de "rendimiento medio" en las cuatro categorías que analiza el CCPI: política climática (puesto 17), renovables (30), uso de la energía (21) y emisiones de gases efecto invernadero (21).

Aunque los expertos valoran la aprobación en 2021 de la Ley de Cambio Climático, critican la ausencia de un compromiso gubernamental para eliminar las subvenciones a los combustibles fósiles.

Además, exigen que España incluya la participación de la sociedad civil en proyectos de energías renovables para una transición justa en el país.

La crisis energética desatada tras la invasión de Ucrania por Rusia, demuestra claramente cómo el mundo sigue dependiendo de los combustibles fósiles, según el informe, elaborado por Germanwatch, NewClimate Institute y Climate Action Network (CAN).

Mitigación y renovables

Afortunadamente, hay países que han adoptado medidas ambiciosas en materia de mitigación (reducción de emisiones) y desarrollado rápidamente la eficiencia energética y las renovables, añaden.

La buena noticia es, según los expertos, que en los últimos años, países como Chile (sube de puesto 9 al 6), Marruecos (escala un puesto, hasta el 7) e India (sube del diez al ocho) han obtenido sistemáticamente buenos resultados en índice y se están acercando a países líderes como Dinamarca y Suecia (puestos 4 y 5).

Sin embargo, el mayor emisor, China, se ha quedado muy atrás y ha bajado 13 escalones, hasta situarse en el 51, obteniendo la calificación de rendimiento "muy bajo", y colocándose al nivel del segundo mayor emisiones del mundo, Estados Unidos, que ocupa el puesto 52, escalando tres posiciones.

Ningún país en la senda del 1,5 grados

Ninguno de los 59 mayores emisores del mundo se encuentra aún en la senda de limitar el calentamiento del planeta a 1,5 °C este siglo, por lo que los tres primeros puestos del índice siguen sin ocupar.

Fuente: EFEverde

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“No se puede negociar con el planeta”, recordó un grupo de científicos climáticos de alto nivel en la COP27, en la que se avisó de nuevos riesgos y de los “cambios estructurales y rápidos” que habría que dar para no superar el 1,5 ºC de calentamiento, algo que “no es un objetivo, es un límite físico”.

Esas fueron las palabras que empleó Johan Rockstrom, director del Potsdam Institute for Climate Impact Research, en su presentación en la cumbre del clima de Sharm el Sheij de las diez nuevas valoraciones científicas con las que los especialistas aspiran a orientar a los negociadores para acelerar la mitigación y la adaptación climática.

El secretario general de la ONU para el Cambio Climático, Simon Stiell, en la COP27 en Sharm El-Sheijh (Egipto). EFE/EPA/SEDAT SUNA

 

El documento, hecho público en el día dedicado a la Ciencia en la COP27 -además de a la Juventud-, recoge las principales amenazas que plantea la crisis climática, por ejemplo para la salud, pues “decenas de miles de personas están muriendo por el cambio climático”, subrayó la experta de la Universidad de Washington Krisie Ebi.

"Tenemos que poner la salud humana y el bienestar en el centro de las negociaciones", sentenció Ebi, quien también forma parte del consejo de gobierno del programa de investigación Future Earth.

“Tenemos evidencia científica de que los impactos del cambio climático en la salud están esparcidos y crecen con rapidez”, explicó Rockstrom, no sólo refiriéndose a los efectos del calor extremo, sino también al aumento de enfermedades infecciosas, como el cólera, que entidades como la Organización Mundial de la Salud han relacionado a las consecuencias del calentamiento global.

También las migraciones y la seguridad están incluidas entre las mayores preocupaciones de los expertos en clima, ya que “el cambio climático es un amplificador de conflictos” y de desplazamientos forzosos, según han trasladado en múltiples ocasiones.

Adaptación y resiliencia

Los especialistas aseveraron que “hay que cambiar el enfoque actual respecto a la adaptación” para fortalecer un "desarrollo resiliente ante la crisis climática", pero apuntaron que “bajo ninguna circunstancia puede la adaptación sustituir a la mitigación”.

El secretario general de la ONU para el Cambio Climático, Simon Stiell, también intervino en la sesión para recalcar que “la capacidad de adaptarse al cambio climático no es ilimitada” y “no prevendrá las pérdidas y daños que ya hemos visto”.

El trabajo presentado este jueves es producto de la “frustración” de los científicos, admitieron a la prensa, dada la falta de financiación y acción climática consecuente con los datos, tanto desde espectro político y público como desde el sector privado.

"Descarbonizar el sistema financiero"

El sector financiero, en concreto, es uno de los causantes de la “decepción científica” a la que se refirió Rockstrom, quien enfatizó que, si el mundo quiere frenar a tiempo el calentamiento y evitar sobrepasar los puntos de inflexión irreversibles -a partir de los cuales sería imposible sortear las peores consecuencias de la crisis climática-, no se puede superar el grado y medio de calentamiento desde los niveles preindustriales, para lo que hacen falta “cambios estructurales y rápidos”.

El científico incidió en que estos son "límites físicos" del planeta, con los que "no se puede negociar", y recuperó las palabras del economista británico Nicholas Stern, autor del informe que ya en 2006 advirtió que “el cambio climático causado por el hombre es el mayor fracaso del mercado”.

“Las prácticas financieras privadas sostenibles no consiguen catalizar una transición profunda”, lamentó Rockstrom, en tanto que “siguen operando dentro del actual sistema” y sin “cambiar los flujos financieros a la escala y el ritmo que requiere descarbonizar la economía".

Los expertos defendieron la necesidad de proteger el suelo intacto y la biodiversidad, además de reparar a los países más vulnerables por las pérdidas y daños que ya ha ocasionado el cambio climático y de redirigir el foco de la planificación económica, alejándola de los indicadores de crecimiento hacia los medidores de bienestar.

Un tercio de la población mundial ya vive en regiones en riesgo de inestabilidad social y está amenazada por los efectos del calentamiento global, adujeron los científicos, para avisar de que esa cifra se podrá duplicar si no se toman a tiempo las medidas necesarias para contener el aumento de temperatura media del planeta bajo el umbral de seguridad del 1,5 ºC, como contempla el Acuerdo de París.

Fuente: EFEverde

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El grupo de expertos de la ONU encargado de fijar criterios para fiscalizar las promesas verdes de empresas, bancos, ciudades y regiones pide que se les prohíba autodenominarse cero emisiones netas mientras sigan invirtiendo o construyendo nuevos suministros de combustibles fósiles.

Además, reclaman que a estos actores no estatales se les impongan requisitos regulados para alcanzar la neutralidad en carbono y que se prohíba a los lobbies influir en las políticas ambientales estatales, según el informe presentado en el marco de la cumbre del clima de Egipto, COP27.

La ONU creó en marzo este grupo de expertos, al que pertenece la española Helena Viñes, consejera de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), para frenar el llamado greenwashing o "lavado de cara verde" de actores no estatales (empresas, instituciones financieras, ciudades o regiones), dado que las emisiones siguen aumentado a pesar de que nunca hubo tantas promesas para reducirlas.

El informe denuncia que este fenómeno amenaza con socavar los esfuerzos mundiales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar del calentamiento global a 1,5 grados y proporciona una hoja de ruta "crucial" para dotar de integridad a los compromisos de estos actores.

Entre otras medidas, los expertos recomiendan que estos actores se comprometan a reducir inmediatamente sus emisiones absolutas en toda su cadena de valor (lo que incluye emisiones de alcance 3) con objetivos a corto, medio y largo plazo basados en la ciencia.

Para evitar que puedan practicar una contabilidad climática "deshonesta" y otras acciones diseñadas para eludir la necesidad de una descarbonización profunda, piden que tengan que informar públicamente sobre el progreso de sus planes de transición con información verificada que pueda compararse con sus pares.

Poner coto a la compensación voluntaria de CO2

Entre las "líneas rojas" que establecen, destaca prohibir a estos actores que digan que son cero emisiones netas mientras inviertan en nuevos suministros de combustibles fósiles, a lo que añaden que también descalifican ser responsables de deforestación o cualquier otra destructiva para el medio ambiente.

Contaminación en Polonia. EPA/LEGNAN KOULA/ARCHIVO

También abogan porque no puedan comprar "créditos" de carbono baratos, que a menudo carecen de integridad, para compensar sus emisiones en vez de reducirlas en toda su cadena de valor.

En su opinión, los créditos de carbono de "alta calidad" sólo deberían utilizarse para aquellas emisiones que no se pueden evitar y siempre y cuando, el actor no estatal esté cumpliendo con sus objetivos de mitigación a corto y medio plazo.

También piden que no puedan presionar para socavar las ambiciosas políticas climáticas de los gobiernos, ya sea directamente o a través de asociaciones comerciales u otros organismos, y que, en su lugar, alineen su gobernanza, inversiones y estrategia empresarial con éstas.

En este sentido, proponen vincular los bonus de los ejecutivos a la consecución de resultados probados de acción climática.

Para hacer frente de forma "eficaz" al greenwashing y garantizar la igualdad de condiciones, abogan porque los actores no estatales pasen de la voluntariedad a contar con requisitos regulados de cero emisiones netas, y recomiendan empezar por imponerlos a grandes emisores corporativos, a los que se debe exigir que sus compromisos esté asegurados y que informen anualmente de sus progresos.

"Tras consultar a cientos de personas y organizaciones e incorporar las últimas investigaciones y datos científicos, tenemos una hoja de ruta para garantizar que los compromisos de cero emisiones de industria, instituciones financieras, ciudades y regiones sean ambiciosos, transparentes y creíbles", según la presidenta del grupo y ex ministra de Medio Ambiente de Canadá, Catherine McKenna.

"El planeta no puede permitirse retrasos, excusas o más lavado verde", ha aseverado.

Si estos actores "van en serio" en sus compromisos de cero emisiones, "adoptarán estas recomendaciones", ha añadido el director general de Climate Analytics y miembro del grupo, Bill Hare, que considera que si las petroleras y gasistas "creen que pueden ampliar su producción con un objetivo de cero emisiones netas, deben pensarlo de nuevo".

El director general de ZeniZeni Sustainable Finance, Malango Mughogho, ha subrayado que muchas entidades estatales han ocupado durante demasiado tiempo "un lugar secundario" en el impulso mundial de ser cero emisiones netas, y esto "no puede seguir ocurriendo".

Deben usar sus importantes recursos técnicos y financieros para trabajar conjuntamente con gobiernos y sociedad, así como los estados tienen que crear un entorno político y normativo que apoye todos los esfuerzos de reducción de emisiones.

"Adoptando estas recomendaciones, los líderes pueden acelerar la transición y, al hacerlo, asegurarse de que todo el mundo pone su grano de arena para reducir las emisiones y hacer que la ola positiva de impulso detrás del cero neto voluntario signifique algo", ha apuntado Viñes.

Fuente: EFEverde

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El Grupo de los Países Menos Desarrollados (LDC, por sus siglas en inglés) exige que se atiendan sus demandas de financiación climática en la Cumbre de la ONU del Clima COP27, que se celebrará el próximo noviembre en Egipto.

Tras una reunión ministerial en Dakar, ese grupo, integrado por 46 países (la mayoría africanos), subraya que "no se puede abordar adecuadamente la crisis climática sin captar las demandas de los países más vulnerables".

"La COP27 será un momento crítico para nuestras naciones a medida que continuamos nuestra lucha por la justicia climática, asegurando el financiamiento climático para proteger a nuestra gente de los impactos de una crisis climática a la que contribuyeron poco", afirma la jefa de negociación climática de los LDC, Madeleine Diouf Sarr.

Según Sarr, el objetivo de mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados respecto a niveles preindustriales, como recomienda el Acuerdo de París (2015), es "un salvavidas" para esos países.

"Cualquier cosa por encima de eso es una sentencia de muerte", remarca la representante de los países más pobres, donde "la crisis climática ha provocado destrucción y devastación".

"Los impactos del cambio climático -advierte- sólo aumentarán en intensidad y frecuencia, lo que se sumará a las cargas de nuestras naciones, retrasará nuestros esfuerzos de desarrollo y conducirá a pérdidas irrecuperables"

El grupo considera "crucial" que aumenten sus capacidades de adaptación a los "impactos inevitables" del cambio climático y, por eso, piden a los países desarrollados que cumplan su promesa de "duplicar la financiación para la adaptación".

"En la COP27, debemos ver un plan para la entrega de estos fondos prometidos", exige Sarr, al recordar que "un flujo continuo de financiación es uno de los objetivos del Acuerdo de París y un elemento vital en la lucha contra el cambio climático".

Los países desarrollados, agrega, "deben compensar el déficit en la entrega de los 100.000 millones de dólares acordados en financiamiento climático anualmente".

En 2009, los países ricos prometieron en la COP15 (Copenhague) aportar 100.000 millones de dólares anuales para 2020 a fin de ayudar a los países pobres a combatir la crisis del clima y construir economías más "verdes".

Fuente: EFEverde

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