La COP26 será la vigesimosexta Conferencia de las Partes de la UNFCCC. Estas “partes” son los 196 países que ratificaron el tratado, a los que hay que sumar la propia Unión Europea. El Reino Unido, en cooperación con Italia, acogerá esta COP26 en Glasgow, Escocia, desde el 31 de octubre hasta el 12 de noviembre de 2021. El encuentro se celebrará con un año de retraso debido a que la pandemia del COVID-19 obligó a posponerlo en 2020.
¿Qué se espera conseguir en la COP26?
El Acuerdo de París obliga a los países a actualizar sus planes nacionales de acción climática cada cinco años, lo que coincide con la COP26. Se espera, por tanto, que este año presenten planes ambiciosos de cara a 2030, y en ellos tendrán un papel fundamental las llamadas “contribuciones determinadas a nivel nacional” (NDC, por sus siglas en inglés).
El Acuerdo de París obliga a los países a informar sobre sus NDC, pero les da margen a la hora de decidir cómo deben reducir sus emisiones de efecto invernadero. Así, en 2015 los objetivos iniciales de reducción de emisiones eran demasiado modestos como para limitar el aumento de temperaturas a 1,5 grados.
Uno de los objetivos fundamentales de la COP26 es ampliar estos objetivos con vistas a lograr la neutralidad de emisiones de carbono para mediados de siglo.
Otro objetivo de la COP26 es mejorar la financiación climática para poder ayudar a los países más pobres tanto en su transición hacia energías limpias como en su proceso de adaptación general al cambio climático. Se trata de una cuestión de justicia muy importante para muchos países en vías de desarrollo, cuyas poblaciones soportan la mayor parte de la carga del cambio climático por más que ellas son las que menos han contribuido a provocarlo. En 2009 los países ricos prometieron que contribuirían con 100.000 millones de dólares anuales hasta 2020 para ayudar a los países en desarrollo, un objetivo que aún no se ha cumplido. Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea, que se encuentran entre los principales contribuyentes históricos a la emisión de gases de efecto invernadero, están incrementando sus compromisos de financiación. Y, por otro lado, se le está pidiendo a bancos, empresas, aseguradoras e inversores privados que hagan más de lo que están haciendo hasta ahora.
Hay otros objetivos, como ir eliminando paulatinamente el consumo de carbón o desarrollar procedimientos que preserven, restablezcan o regeneren sumideros naturales de carbono, como por ejemplo los bosques.
Otro reto que ha hecho descarrilar este tipo de conferencias en el pasado ha sido la cuestión de llegar a un acuerdo que regule la implementación de un sistema de comercio de derechos de emisiones de carbono, algo que se esbozó en el Acuerdo de París.
Eventos clave
Durante la COP se celebrarán una serie de eventos ministeriales y de otro tipo en torno a los esfuerzos actuales en materia de cambio climático. Entre ellos se encuentran:
- El cuarto Diálogo Ministerial bienal de alto nivel sobre el financiamiento climático
- El primer Diálogo Ministerial sobre el financiamiento climático en el marco del Acuerdo de París
- Varios talleres y eventos para avanzar en cuestiones relacionadas con la igualdad
- Reunión anual con la participación de los pueblos indígenas y los conocimientos tradicionales
En conjunto, todos los eventos ofrecen a los ministros y a los participantes un espacio para mantener debates francos y abiertos sobre los progresos realizados hasta la fecha.
La jefa de ONU Cambio Climático, Patricia Espinosa hizo un llamamiento para que se tomen medidas drásticas e inmediatas con el fin de abandonar la senda de las altas emisiones, y avanzar hacia un futuro con bajas emisiones de carbono y resistente. Además, destacó cuatro prioridades clave para que los gobiernos se preparen para la COP:
En primer lugar, el cumplimiento de los compromisos existentes. Una cuestión clave es la provisión de apoyo financiero a los países en desarrollo, en particular la promesa de los países desarrollados de movilizar 100 000 millones de dólares anuales en financiación climática para apoyar las necesidades de las naciones en desarrollo. Esto es crucial para crear confianza.
En segundo lugar, concluir las negociaciones pendientes. Esto incluye la resolución de las complicadas cuestiones en torno a las normas del artículo 6, para permitir finalmente que las herramientas de mercado y no de mercado pongan en marcha sus operaciones. Además, los gobiernos deben asegurarse de que el marco de transparencia del Acuerdo de París está técnicamente preparado para funcionar, y también deben avanzar en las áreas relacionadas con la adaptación y las pérdidas y daños.
En tercer lugar, una mayor ambición en todos los aspectos clave de la agenda climática. Entre ellos se encuentran los planes nacionales de acción climática, conocidos como NDC por sus siglas en inglés, alineados con la ciencia; las estrategias a largo plazo que puedan garantizar la neutralidad climática para 2050; y los avances en las importantes cuestiones de creación de resiliencia.
En cuarto lugar, tener en cuenta a todo el mundo. Tal vez lo más importante, el éxito en Glasgow significa garantizar que se escuche a todas las voces y que no se dejen propuestas viables sobre la mesa. Reconociendo el notable poder e influencia de ciudades, regiones, empresas, inversores e instituciones educativas de todo el mundo, Patricia Espinosa citó este multilateralismo inclusivo como "fundamental para alcanzar los objetivos climáticos globales".